Hola a todas y todos, me llamo Alex y tengo 34 años. Nací en Vigo aunque en la actualidad vivo en Coruña. Ambas ciudades pertenecen a Galicia, que es una comunidad autónoma en el noroeste de España. Vivo en Coruña porque hace aproximadamente un año empecé a estudiar en la universidad de esta ciudad un grado en Terapia Ocupacional. Aquí comparto un piso con dos chicos y una chica más jóvenes que yo. Y aquí me tenéis, disfrutando de una copa de vino. Sin duda, es una de mis actividades favoritas, ya no es sólo el hecho de que me guste el vino (que me encanta y no lo puedo negar) sino, principalmente, el aspecto social implicado. A poco que investigues sobre los presuntos efectos saludables del consumo moderado de vino, te das cuenta de que hay una multitud de estudios que defienden los efectos antioxidantes, antiinflamatorios, etc. del vino, pero también hay muchos otros que están en contra de ellos. Pues bien, como yo no soy un científico, no me voy a meter en un debate de este estilo, pero lo que sí os puedo decir es que, en mi caso, contribuye en gran manera a mejorar mi estado de ánimo. Y esto viene dado por el factor de socialización que conlleva. Y esta conclusión la saco del hecho de que… bueno aquellos momentos en los que me encontré tomando una copa de vino yo solo en mi casa, siempre van asociados (fueron muy pocos momentos) pero siempre iban asociados con momentos de soledad, de tristeza, de infelicidad en general. Aunque ahora me veáis aquí solo en mi habitación tomándome una copa de vino, este no es el tipo de entorno ni contexto donde yo normalmente llevo a cabo esta actividad. Lo lógico es que estuviese en un bar, en un salón o cocina de mi casa. Pero bueno, independientemente del lugar donde sea, lo que nunca cambia es el hecho de que siempre estoy acompañado por o mis amigos o mis familiares. Y eso es lo que convierte esta actividad en significativa para mí. La participación social es fundamental para mi bienestar y salud mental, y esos momentos que paso mientras compartimos una botella de vino con la gente que más quiero son muy valiosos para mí. La frecuencia con la cual nos juntamos a tomar una copa de vino varía mucho, y más en esta situación actual de, bueno, distanciamiento social, sin embargo suele ser unas dos veces por semana. Si hay algo que el Covid ha conseguido es que, bueno, nos tengamos que adaptar un poco a la nueva normalidad, y en los últimos meses ya son varias las veces en las que hemos hecho videollamadas entre amigos y familiares, donde cada uno en su casa, pues bueno, está con una copa de vino y al mismo tiempo socializamos. Y eso es todo, aquí os dejo. ¡Muchísima salud para todos!