¡Hola!
Me llamo Sabina. Tengo 33 años y soy estudiante de segundo de Terapia Ocupacional en la Universidad de A Coruña.
Pertenezco a un pequeño pueblo costero que se llama Cee, que está en la provincia de A Coruña, en Galicia, que se encuentra situado en el noroeste de España.
Una de las pasiones de mi vida es viajar, y por ello se ha convertido en una de mis ocupaciones significativas.
Mi primer viaje en solitario lo realicé en 2013, con 23 años. Me apunté a una web de “aupairs” y a Alemania que me fui. Terminé en un pequeño pueblo llamado Ludwigshafen, cerca de la ciudad de Konstanz.
Fue una experiencia fantástica, súper enriquecedora. Durante los meses que viví allí aprendí un montón sobre mí misma y me enfrenté a muchos miedos, como el de estar en un país con un idioma que nada tiene que ver con el mío, y también al reto de conocer gente. Además de trabajar y estudiar alemán, aproveché para visitar lugares cercanos, exprimiendo al máximo la experiencia.
Sola o acompañada. En avión, coche o a pie. Lo importante para mí es hacer camino, aprovechar todos aquellos momentos que tengo libres para conocer lugares, gente, culturas, gastronomías, distintas formas de vida… y aprender, crecer como persona. Volver a casa tras el viaje sintiendo que has cambiado, que ya no eres la misma persona que antes de irte.
No hay para mí mejor forma de invertir tiempo y dinero que viajando.
Trabajo para viajar, a donde sea, eso es lo menos importante.
Todas las personas nos implicamos en ocupaciones para sentirnos realizadas, activas, parte de algo. En mi caso esto implica hacer quilómetros por el mundo.
Me gustaría que, al cerrar los ojos por última vez, cuando me toque irme de aquí, poder revivir todos esos momentos bonitos que cosecho cada vez que viajo porque me quiero ir de este mundo habiendo vivido.
Viajar es sinónimo de salud, de felicidad y también de vida.